jueves, 22 de diciembre de 2011

Bloqueos de la creatividad: cómo romper las barreras

Un problema que se nos puede plantear a la hora de ser creativos es el bloqueo: que nos surgan una serie de barreras que nos impidan desarrollar nuestro espíritu creativo. Las ideas no pueden fluir con libertad, se repiten, los conceptos se suspenden y las novedades desaparecen.
La inventiva, la imaginación, la creatividad, no se puede enseñar, pero en cambio, sí que podemos aprenderla. ¿Cómo? Rompiendo con lo rutinario, con hacer siempre lo mismo, hay que ir más allá. Debemos buscar en nuestra propia mente, dentro de nosotros mismos y trabajar para desarrollar nuestras propias habilidades de personalidad y pensamiento. 

Para poder solucionar estos bloqueos, debemos tener claro el origen de esas barreras. Existen 3 categorías:
- bloqueos emocionales: se dan cuando el sujeto tiene miedo al ridículo, o a equivocarse,  y está relacionado con una autocrítica personal negativa.Vienen por un manejo inadecuado de nuestras emociones y pensamientos. Así, si no fluímos espontáneamente, crearemos una especie de tapón, que impedirá la evolución de nuestras ideas creativas. Pueden surgir también por un miedo a un ser "superior", a la autoridad, por miedo de infringir las leyes.
- bloqueos perceptivos: Al percibir el mundo que nos rodea, lo vemos con una óptica limitada y reducida, no pudiendo observar lo que los demás, los creativos, ven con claridad.
- Bloqueos culturales: Las normas sociales nos entrenan para ver y pensar de una manera determinada, lo que nos da una visión estrecha.

¿Cómo vencerlo?
Las inhibiciones de las personas a la hora de manifestar sus opiniones pueden ser vencidas, hasta cierto punto, por medio de algunas de las técnicas de dinámica de grupos, para las que se requiere un grupo de personas dispuestas a aportar nuevas ideas para la solución del problema. Los participantes son animados a formular cualquier idea que se les ocurra, por muy extraña o disparatada que sea, sin ejercer ningún tipo de autocensura o crítica. Esto tambien es llamado "brain storm" ó tormenta de ideas, que consiste en un método creativo en grupo que consta de dos partes: la primera, descrita anteriormente, se basa en una aportación desinhibida de ideas que por absurdas que puedan parecer son anotadas por un moderador, aquí el grupo trabaja en intuiciones, en creencias; en la segunda fase, se seleccionan las más oportunas para la solución del problema. En este caso, es la mente racional la que reelabora las aportaciones desinhibidas procedentes de la primera fase.
Otras formas por las que puede incrementarse la creatividad han sido sugeridas por estudios acerca de los estados mentales durante los que los individuos creativos tienen generalmente sus inspiraciones. El proceso creativo es prácticamente invariable: La mente del inventor es preparada previamente, a propósito o no, mediante la compilación de toda la información relevante sobre el problema que le preocupa. Habitualmente el cerebro produce intentos continuados de plantear el problema de una forma lógica, aunque evitando cuidadosamente o negándose, a aceptar ninguna solución definitiva. La respuesta en sí, la idea creativa y definitiva, surge casi siempre cuando el individuo no está concentrado en el problema, sino que se encuentra en un estado de abstracción, de "sueño despierto" o "ensoñación".

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